miércoles, 9 de noviembre de 2011

Poema de Creación



En el principio los destellos de luz salían de la manos del señor, ávido, inquieto como niño, relámpagos estremecían los confines del universo; emisiones de amor eterno, como flor en el campo se abría su corazón; sus tejidos sirvieron de barro, trepidando con sus dedos marcaba una huella indeleble y con su aliento de mil jardines gestaba la vida en aquel ser que llamaría su hijo, su especial tesoro, su sueño.



Salmo 104

1 Bendice, alma mía, a Jehová.
Jehová Dios mío, mucho te has engrandecido;
Te has vestido de gloria y de magnificencia.
2 El que se cubre de luz como de vestidura,
Que extiende los cielos como una cortina,
3 Que establece sus aposentos entre las aguas,
El que pone las nubes por su carroza,
El que anda sobre las alas del viento;

¡Bendiciones!