A veces pensamos que las decisiones que Dios toma sobre la humanidad son incomprensibles, pero la verdad es que el señor tienen un tranfondo precioso en el ambito de su perfecta voluntad.
Armero era la segunda ciudad más importante del Tolima, con una economía envidiable, con industrias, fábricas, con gente de mucho empuje. Hasta que el 13 de noviembre de 1985, después de insistentes pero desoídas alertas del entonces alcalde, algún congresista comprometido con la región y científicos de distintas áreas, llegó el rugido en lo alto de la montaña. La masa incandescente que salía de su cráter convirtió el glaciar en 100 millones de metros cúbicos de lodo que a velocidad de tranvía descendió por el río Lagunilla, desbordó su cauce y ahogó al municipio.
— “Salga, que se vino la avalancha”.
Cecilia y sus dos hijos corrieron hacia una loma, desde donde alcanzaron a apreciar cómo era arrasada su casa. Silencio. Asombro. Desconcierto. De un momento para otro todo empezaron los gritos desesperados como si un radio hubiese sido activado a gran volumen.
“¡Auxilio!”, gritaba su vecina Marta, hundida entre el lodo y atrapada entre dos paredes. Apenas se veía su cabeza. Pese a los esfuerzos de los socorristas no la pudieron sacar. Murió horas después, acompañada hasta el último respiro por su esposo, quien tuvo que resignarse a mirarla con la misma impotencia con la que el país veía morir en situaciones semejantes a Omayra, aquella niña que se convirtió en símbolo de la tragedia.
Para salir de entre los escombros, Cecilia y sus hijos pasaron por encima de los muertos. Sólo veían cuerpos enlodados, quemados o destrozados; oían los lamentos de los ancianos, los chillidos de los niños buscando a sus padres, los alaridos angustiosos de los perros y los bramidos del ganado.
¿Quiere Dios causar tal dimension de destrucción en la humanidad?, ¡¡¡no!!! porque Dios nos ama apasionadamente.
¿Qué conduce al señor a tomar este tipo de decisiones?
Lo primero que Dios hace antes de traer un Jucio de semejanes magnitudes es advertir al pueblo y llamarlos al arrepentimiento lo podemos ver en en genesis desde el capitulo 6 hasta el 9 donde Dios hace sendas advertencias del diluvio, Dios habló y advirtio al pueblo por 120 años, pero no se quisieron volver de su mal camino. Hacían consas atroces como las que vemos hoy en día, se daban en casamiento, festejaban, sin afecto natural; su gran pecado consistia en estar lejos de Dios, ausentes de su perfecta voluntad, pensando que todo estaba bien. las escrituras mencionan que en los últimos dias seran como en los tiempos de Noe y Dios tendrá que traer Jucios.
¿Consideras que eres bueno y que no tienes nada que cambiar? te equivocas, es ahi donde mas debes buscar al señor.
Cuando Dios habla y advierte no tardes en ponerte a cuenta con el porque de lo contrario no conocerás mas la misericordia "manifestación de amor dada por Jesús Santísimo" y entraras a ser parte de los juicios aterradores de Dios.
¡Bendiciones!