Como lo relatan las escrituras, en esta bella historia
Jesús iba de camino a Galilea y le era necesario pasar por Samaria; ya de
antemano y antes de la fundación del mundo tenía preparado este precioso
encuentro, con una mujer que manifestó un potencial desbordante de adoración.
En esa época los Judíos consideraban a los Samaritanos
como paganos, por lo tanto la relación entre ellos era muy vacilante,
generalmente no se trataban entre sí, sin embargo a Jesús el precioso carpintero
de Nazaret no le importó.
La cita que desde la eternidad había preparado Jesús
con la mujer samaritana, empieza con un dialogo tan precioso, que entreteje los
corazones con cuerdas de amor, le da a conocer de la verdadera fuente de agua
de vida, desnuda su fragilidad, su
condición y le enseña que el lugar de adoración se encuentra en su propio
corazón.
Juan 4:23 pero la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también
el padre tales adoradores busca que lo adoren.
El padre está buscando seres sedientos, cansados de
las propuestas de este mundo, de sus atracciones, de la religiosidad y que
puedan llenar sus cantaros de las fuentes cristalinas de vida eterna que emanan
de Él.
Jesús de Nazaret, en quien habita corporalmente toda
la plenitud de la deidad, no le importó el estar sentado conversando con una
frágil y pecadora mujer en el pozo de Jacob, sabía que esta mujer tenía un
potencial de adoración muy alto, por eso le fue necesario pasar por samaria,
porque el Padre busca adoradores que lo adoren en espíritu y en verdad.
Claramente enfatiza en su palabra que no hay un lugar
específico, para levantar la adoración al padre, “…créeme que la hora viene
cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre vv21” la verdadera adoración no tiene que ver
con un lugar, más bien con las disposición abierta de nuestro corazón, los
adoradores, son seres necesitados, son seres sedientos de permanecer en la
presencia del Padre, día y noche, en la casa, trabajo, estudio, iglesia, etc.
¿Cuánto tiempo piensas en este ser que está dispuesto
a sentarse contigo y derramar los raudales de amor sobre tu vida?, pues ten
presente que los seres sedientes van a beber de aguas que nunca más les
permitirán tener sed.
Recuerda el Padre busca potenciales adoradores,
nacidos de corazón sincero.
¡Bendiciones!
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